Dos caras de la misma realidad: Violencia y VIH
Las mujeres conforman más de la mitad en el mundo, pero a lo largo de la historia se les ha menospreciado, golpeado y humillado. Aunque ya ha habido avances actualmente el 57% de las mujeres ha vivido algún acto de violencia.
¿Qué se está haciendo? ¿Qué hacer cuando una mujer fue violada y en este acto se expuso VIH?
Una encuesta en Brasil reveló que el 57% de mujeres ha vivido violencia, 66 % viven violencia psicológica y lo más doloroso 70 de cada 100 mujeres presenció violencia contra sus madres. El total de mujeres encuestadas contestó haber sido obligada a mantener relaciones sexuales: pues las personas que ejercen violencia pertenecen al círculo íntimo de relaciones de la mujer ya sean los maridos, enamorados o novios.
Existen leyes contra violencia de género e intrafamiliar en diversos países, pero no hay políticas públicas que articulen o hagan referencia entre la violencia y la vulnerabilidad ante el VIH.
Chile por su parte demostró que la vulnerabilidad se refleja en la edad y situación económica de las mujeres, más aun cuando éstas son amas de casa pues la mayoría han sido forzadas a tener relaciones sexuales.
¿Y si fue víctima de una violación o abuso sexual?
El abuso sexual y la violencia es más frecuentemente vivida por las mujeres, entonces el interrogante es ¿qué salidas tiene la mujer cuando ha sido abusada y además se expuso al virus?
En el 2003, Iris Isabel López, abogada guatemalteca, adquirió el VIH como resultado de una violación por parte de su pareja, él estaba ebrio, la tomó a la fuerza y no quiso usar condón. Ella ya había vivido actos violencia anteriormente con él, pero no las identificaba como tal diciendo, “el va a cambiar”. Tres meses después le dieron el diagnóstico, hicieron pruebas confirmatorias y todas dieron positivas. No hubo denuncia porque “era su esposo”, decidió entonces separarse no por ese caso solo, sino porque la violencia continuó, el volvió a agredirla, esta vez con mas fuerza. López, no sabía que existía la “profilaxis post exposición” que se trata que antes de las 72 horas de haber sido abusada la persona debe recibir píldora de emergencia para evitar embarazo, y un esquema de la terapia antirretroviral durante 28 días, otros medicamentos profilácticos para evitar el desarrollo de las ITS, así como, un adecuado apoyo psicológico.
En algunos países la profilaxis post-exposición solo existe para el personal de salud, pero no es accesible para las personas victimas de abuso y violación. ¿Será esta otra expresión de los dobles estándares?
En Guatemala como en otros países se necesitan dos grandes acciones: Ofrecer la profilaxis a todas las víctimas de violencia sexual y dar a conocer a la población en general dicha oportunidad, para así menguar un poco las consecuencias de estos actos de violencia de genero.
Las políticas y programas para reducir la violencia de género e intra-familiar avanzan lentamente en Latinoamérica, pero deben estar acompañados con programas integrales de educación para la no violencia y legislación que separe y castigue a las personas violentas del seno familiar. Para la negociación de una relación sexual más segura, no solo es necesario la educación, información y el empoderamiento, también es necesario cambios urgentes y profundos en una sociedad que acepta y perpetúa diferentes formas de violencia contra las mujeres.
Kenia Regina Sanchez
Equipo de Corresponsales Clave – Lima, 23/11/09.
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