“No se lo quiere poner”; “dice que no le queda”. Frases como estas pasarán al olvido con los condones femeninos, la perfecta propuesta para lograr que las propias mujeres se protejan de embarazos no deseados, ITS y VIH.
En el V Foro Latinoamericano y del Caribe en VIH-SIDA e ITS se están presentando análisis y avances de la respuesta regional al VIH, en el marco de una epidemia que ya cuenta con 33 millones de personas que viven con el virus en el mundo.
Una de las propuestas más novedosas en términos de prevención del VIH, ITS y embarazos no deseados sigue siendo el condón femenino. En su stand, UNFPA repartió muestras y realizó demostraciones sobre el uso correcto, generando sorpresa y expectativa entre el nutrido grupo de mujeres allí reunido.
El condón femenino se distribuye en más de 90 países en el mundo. En América Latina solamente lo distribuyen Brasil, Costa Rica y Ecuador, aunque actualmente The Female Health Company está en negociaciones para iniciar la venta o distribución en Perú, México, Bolivia, Uruguay, Colombia, Argentina y Nicaragua.
Brasil lo distribuye gratuitamente bajo la gestión del Programa Nacional de VIH, mientras que en Ecuador será introducido a través del sector privado y su precio oscilará entre uno y dos dólares por unidad. En Costa Rica es distribuido por la organización CIPAC y la Seguridad Social, los que a su vez capacitan a proveedores de salud sobre su utilización.
UNFPA es el mayor comprador de condones femeninos a nivel global y los envía a varios países en el mundo, principalmente a África y el Caribe, buscando contribuir al empoderamiento de las mujeres.
¿Por qué es tan difícil acceder al condón femenino?
En 1993 The Female Health Company obtuvo la aprobación de la Agencia Federal de Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para la primera generación de condones femeninos. La segunda generación estuvo disponible en 2006.Simone Martins, Asesora de Programas para Latinoamérica y el Caribe, explicó que “el avance se debe a que la materia prima es menos costosa y más simple el proceso de producción, lo cual hace que el precio baje y poco a poco sea más accesible”. También describió las grandes diferencias tanto culturales como económicas entre el condón masculino y femenino.
Otra de las grandes diferencias es que se puede colocar con antelación al acto sexual; la mujer puede decidir tenerlo puesto hasta 20 minutos antes. Y, por otra parte, su uso no depende de la erección masculina.
Contacto:simonemartins@supportworldwide.org
Kenia Regina Sánchez
Equipo de Corresponsales Clave – Lima, 21/11/09