Durante el V Foro se afianza la idea del pobre papel que los gobiernos tienen en la problemática de violencia basada en género y su vínculo con VIH. Esta tiene repercusión en las Trans y así también en la exigencia de un trato equitativo para todas las mujeres, independientemente de su identidad de género.
Marcela Romero, activista de REDLACTRANS (Red Latinoamericana y del Caribe de personas Trans) de Argentina, en su ponencia sobre la situación de la población afirma que la situación de las Trans en Argentina, siguen viviendo bajo la violencia del Estado, debido a la discriminación diaria, reflejada con más enfasis en el campo laboral donde se ven afectadas por las muchas condiciones de ingreso y barreras a las que se enfrentan sólo por su identidad de género al solicitar un empleo. Se espera que además del trabajo sexual, se dediquen exclusivamente a actividades relacionadas con la peluquería o la cocina.
El colectivo Trans exigen atención integral para la comunidad ya que en el sistema de salud publica siguen aun siendo consideradas Gays y HSH (Hombres que tiene sexo con hombres), y argumenta este fenómeno: “No nos atienden en los servicio de salud, porque no saben cómo atendernos, se ponen veinte guantes y nos envían a la sala de insectología, así sea por un dolor de muelas; nos quieren ver desnudas, ver nuestras partes íntimas para reírse de nosotras”.
También comenta que las Trans de Latinoamérica y el Caribe solo llegan a los centros de salud horas antes de su muerte (normalmente relacionada con complicaciones con el VIH/SIDA) , de lo contrario no reciben ninguna atención médica. Es importante resaltar que esta es una población con un alta prevalencia de VIH (30 a 45% según el país de la región) a las que les niegan los servicios bajo diversos argumentos, y son actos totalmente discriminatorios.
Una de las grandes problemáticas de la población Trans esta relacionado con los abusos por parte de las autoridades policiales, que no solamente violentan sus derechos como ciudadanas, si no que atentan contra su integridad física y emocional, sometiéndolas a violaciones, maltratos e injurias verbales, que tiene un vinculación con un serie de crímenes que no han sido esclarecidos.
Es difícil explicar porque a los Estados y sus Gobiernos les cuesta tanto garantizar los derechos civiles, humanos y la integridad física de sus ciudadanas Trans. Ellas sin embargo, no exigen nuevos derechos, solo exigen que le sean respetados los que todos tienen. Un ejemplo de esto sería el reconocimiento de su identidad de género que se podría expresar en la actualización de documentos de identidad y otros papeles de filiación. Todo esto contribuiría a que pudieran ser más visible sin poner en riesgo la vida en el intento.
Diego Leonardo Mora Bello y Carolina Armijos
Equipo de Corresponsales Clave – Lima, 21/11/09
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