En el contexto actual de crisis económica, las organizaciones de la sociedad civil deben reinventarse para poder asumir con mayor eficacia el reto de conseguir el acceso universal para las personas que viven con VIH.
Así ha quedado de manifiesto durante la presentación de tres ponencias que han revisado las estrategias futuras que deben ser impulsadas por los activistas y sus organizaciones, con el fin de lograr que los gobiernos cumplan los compromisos adquiridos en diversos foros mundiales ante su respectiva ciudadanía.
Gustavo Campillo, de la Fundación Red de Apoyo Social de Antioquia (RASA), Colombia, y miembro de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH/SIDA (REDLA+), afirmó en su disertación que el escenario propuesto por las agencias internacionales que financian la respuesta al VIH indica una retirada paulatina de la inversion en la región, ante lo cual las organizaciones comunitarias deben estar preparadas.
“No tenemos tales conquistas….”, dijo Campillo refiriéndose a algunas concesiones arrancadas a los gobiernos y a los grandes laboratorios farmacéuticos. “Nos falta mucho por conseguir, y no avanzar significa en sí mismo un retroceso”. En otro momento aseguró que las organizaciones comunitarias y los activistas “estamos sentados esperando a ver qué sucede, en lugar de comprender que los derechos humanos no se piden sino que se ejercen”. Para Campillo, las organizaciones civiles deben realizar incidencia política no sólo hacia afuera, es decir hacia el gobierno y sus instituciones, sino también hacia adentro, con sus dirigentes, tratando de revertir algunas prácticas que han mostrado no ser exitosas.
Otra de las propuestas presentadas es la de un Observatorio al Acceso Universal, dirigido a monitorear la respuesta que han impulsado los gobiernos latinoamericanos hacia la comunidad de gays, bisexuales, travestis y hombres que tienen sexo con hombres (GBTH). Este proyecto fue expuesto por Pablo Britez, de la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA) y la Asociación para la Salud Integral y Ciudadanía de América Latina (ASICAL), el cual produjo ya un cuarto informe consolidado sobre la situación que reportan los países a UNGASS.
Por otro lado, la Fundación Cruceña de Apoyo Integral a Personas que viven con VIH y SIDA (REDVIHDA) de Bolivia, representada por el psicólogo y salubrista Julio César Aguilera, también miembro de REDLA+, llamó a integrar un nuevo escenario en el trabajo de incidencia política que realizan las organizaciones comunitarias, que es obtener todo el conocimiento necesario sobre los aportes financieros que reciben los países desde los organismos cooperantes internacionales, y exigir la inversión correspondiente en los programas de acceso universal.
Equipo de Corresponsales Claves – 22/11/09.
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